Las Competencias Clave

Las competencias clave, en España designadas con la expresión menos significativa de competencias básicas, llevan años en el centro del debate de las políticas educativas de la Unión Europea. Dados los cambios profundos que la sociedad occidental, y la europea, en particular, ha experimentado en los últimos decenios (globalización-mundialización, sociedades multiculturales, generalización de las tecnologías de la comunicación, es de esperar que el sistema educativo se adapte y dé respuestas a la nuevas necesidades.

Para ello, las competencias clave suponen una integración de conocimientos, destrezas y actitudes; que son las tres dimensiones de las competencias (dimensión cognitiva, dimensión instrumental y dimensión actitudinal). El desempeño de la competencia es una integración práctica y creativa en la ejecución de una tarea relacionada con la vida.

En particular, los jóvenes que actualmente están en los colegios de primaria y de secundaria ejercerán actividades laborales que aún no existen como tales (a principios de la década de los 90 nadie podía concebir que sería un community manager, por ejemplo); la tecnología continuará cambiando nuestra realidad, y también la laboral, hacia formas y modos que aún no podemos concebir. Esto da especial relevancia al aprendizaje permanente, que se desarrolla de forma simultánea, interrelacionada y complementaria a las competencias clave.

La competencia no solo requiere que el alumnado sepa y pueda hacer algo, también que lo haga, aplicando la competencia a la resolución de problemas en situaciones, habituales o nuevas, de la vida real.

Las competencias básicas tuvieron su primera aplicación el ámbito de la Formación Profesional, donde la necesidad de integrar los conocimientos, las habilidades y las aptitudes ha sido siempre más necesaria y evidente.

Para que el aprendizaje por competencias sea efectivo es imprescindible que el profesorado que actualmente imparte clases, como los futuros profesores y profesoras, reciban una formación específica para entender y poder aplicar este nuevo paradigma educativo. En caso contrario el aprendizaje por competencias no será una realidad completa más allá de su regulación legislativa y normativa oficial.

Como profesor (actualmente soy profesor de Sistemas Electrotécnicos y Automáticos e imparto módulos de contenido eminentemente teórico al alumnado de ciclos formativos de grado medio y superior de electricidad) para trabajar y evaluar con competencias, tendría que tener un número reducido de alumnos (en la actualidad, en las clases de primer curso tengo a 35 alumnos matriculados); necesitaría disponer de un aula con ordenadores conectados a internet (esto no es así en la actualidad, a mis módulos teóricos solo se le han asignado unas pocas horas en el aula de informática), necesitaría un aula que me permitiera cambiar los espacios, para disponer distintos agrupamientos según convenga,...

La integración efectiva de las competencias clave en mi quehacer diario en el aula requiere cambios importantes de las programaciones didácticas y de la metodología usada para desarrollarlo.

Para esto, para realizar en mi aula y con mi alumnado un aprendizaje basado en competencias necesito una formación, práctica. Y puesto que los humanos aprendemos muy fácilmente por imitación, para mí sería muy instructivo ver como trabajan en este nuevo paradigma otros profesores ya experimentados en su práctica.