Los alumnos tienen ciertos problemas de aprendizaje en todos las competencias matemáticas. En todas las competencias matemáticas descubrimos una lentitud y a veces una incapacidad para alcanzar las destrezas de estas competencias que nos altera sobremanera; lo solucionamos haciendo adaptaciones del currículo o menguando los contenidos para obtener resultados positivos, sin darnos cuenta que podría ser justo la forma en que se introducen los contenidos la que está provocando esta incapacidad. Un estilo de enseñanza que un tiempo atrás servía para conseguir las competencias puede ser que ahora choque frontalmente con la cultura audiovisual en que nos movemos. Podría decirse que los procedimientos empleados para conseguir las competencias matemáticas son los mismos que hace treinta años se empleaban en las aulas, sin embargo la cultura que nos engloba ha cambiado.

Basta observar que en la generación que aparecieron los primeros instrumentos electrónicos, cualquier utensilio (reproductor, cámara, calculadora, etc.) venia precedido de un manual de instrucciones que muchas veces se leía antes incluso de desembalar el aparato; hoy en día la mayoría de artefactos vienen ya sin el susodicho manual de instrucciones o con un exiguo manual de advertencias. Otro hecho a observar hoy en día es la falta de las guías de referencia de cualquier disciplina como por ejemplo lenguajes de programación. Todo está en la web y se consulta en plan goteo, un poco de aquí un poco de allá, éste dice esto, el otro dice algo más, y así se aprenden las cosas.

No voy a entrar en la cuestión de si es mas apropiado o no este tipo de aprendizaje, es el que hay y así se habitúan nuestros alumnos. Sin embargo el sistema educativo está estructurado a la manera del manual de instrucciones. Cuando nosotros eramos estudiantes cualquiera que estudiaba ciencias se afianzaba aquellas láminas plastificadas que contenían todas las fórmulas de áreas, o de cinemática, de dinámica, etc. Hoy en día hacer un pdf descargable con todas las fórmulas no sirve de nada, porque es cambiar las formas al uso de los mismos instrumentos, es cambiar el soporte. Ya no sirve de nada recopilar fórmulas porque ya están recopiladas: la lamina es toda la web!!!. Así que habrá que cambiar las bases.

No podemos al estilo de este anuncio de los 90 tirar a nuestros alumnos la tecnología a la cabeza. ¿Que quiero decir con esto? Pondré una anécdota real, no ficticia: Un conocido mio, profesor, en la época de los 90 casualmente, le convencí para emplear los retro-proyectores de transparencias en sus aulas. Después de varias semanas me comunicó que se había aventurado a emplear las transparencias para corregir los ejercicios de física de bachillerato y que era fenomenal porque se había quitado trabajo de encima, me enseñó alguna transparencia de las que había empleado y me quedé estupefacto al ver semejante aberración, conglomerado de fórmulas y números, donde no había espacio absolutamente ni para que se cubriera de polvo. Evidentemente le apliqué la frase Orteguiana: “No era esto lo que quería decir!!”.