Por lo general me considero una profesor justo a la hora de corregir las pruebas del alumnado. Tengo que agregar, que como le digo a ellos cuando me preguntas un “¿voy a aprobar?” o “¿qué nota me vas a poner?” suelo contestar: “la nota me la dices tu en el día a día y en las pruebas que realizas”.

A la hora de corregir las prueba me considero, como he dicho antes, justo. Además, estricto cuando son contenidos de cursos anteriores, y que por repetición en los anteriores, el alumnado no debería cometer en este. Y tengo manga ancha, en los contenidos nuevos tratados en el curso actual, ya que considero que el alumno quizá no haya interiorizado lo suficiente, al necesitar más tiempo, por falta de madurez,…

Para corregir cualquier prueba, suelo marcar unos mínimos en su corrección y no comparo las pruebas entre el alumnado, ya que no considero justo la comparación. Lo que si comparo es el avance del alumnado a los largo de un periodo, lo que ha aprendido con lo que sabía y si ha progresado más o menos que el resto de compañeros.  He de añadir, que las puntuación de los ítems de mis pruebas, suelo establecer siempre el criterio con 5 escalones, ya que no soy capaz de discernir más peldaños, siempre puntuando por encima en caso de duda. Por ejemplo, en una pregunta, suelo puntuar (a grandes rasgos y con matices en cada pregunta y corrección):