TIC 4: Intentos de introducir las TIC en el aula. Aprendamos del pasado.

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Contexto educativo
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La hoja de cálculo como recurso tangible en matemáticas?.

En una actividad, no puede ser más complejo entender el manejo del recurso que el objetivo que se quiere alcanzar.

Véase la hoja de cálculo: ha resultado imposible integrar este recurso en la enseñanza secundaria para alcanzar objetivos del currículo. Cada vez que intenté introducirla como herramienta para mejorar el aprendizaje de algún contenido me encontré con que su manejo era demasiado complicado en comparación con el objetivo que se pretendía alcanzar. Era “perder la leche en el pastoreo”.

En cualquier caso era una herramienta muy útil para un administrativo, en todas sus facetas; tanto para tareas de análisis de información como para tareas de presentación de información, como para gestionar la información (formularios). También seria interesante para un universitario: ciencias, ciencias sociales, economía, etc.

La informática estaba en sus principios; por lo que era el software, la hoja de cálculo surgió como la salvación para la aplicación de la informática al mundo laboral. La programación (básic, fortran, cobol, etc) había sido el único recurso para los que necesitaban la informática para hacer cálculos; pero eso requería mucho tiempo de inversión para aprender a programar, y una gran capacidad de análisis y síntesis que a veces es difícil de aprender sino imposible. Así que cuando surgió la hoja de cálculo encontró un lugar vació en el naciente mundo de la informática. Por ese motivo la hoja de cálculo se extendió y se hizo imprescindible y incluso se dilataron sus posibilidades para cubrir más espacio que no le correspondía y que estaba destinado a otras aplicaciones que estaban naciendo (bases de datos).

En el mundo de la educación se creyó que la hoja de cálculo podría ser la panacea del sistema educativo en la enseñanza secundaria, por reflejo de lo que pasaba en la sociedad y así de paso enseñábamos a los alumnos algo necesario para el mundo laboral. Pero no tuvo éxito, porque era demasiado complicada para utilizar los alumnos de secundaria, aún así algunos iban paseando sus hallazgos en la hoja de cálculo en la secundaria -yo el primero-, para acabar donde habíamos empezado.

No se hace análisis, ni autocrítica del trabajo realizado. De todo esto se debe sacar algo de provecho.

Este vicio de lo malo conocido y de dilatar lo conocido para cubrir otras necesidades para lo que no fue creado ha sido la soga que ha ahogado el proceso desde que empezó la aplicación de las TIC en la educación y que tiene su origen en los proyectos Mercurio y Atenea hace 30 años.