Don Quijote y los molinos moodle.

Tula Fernandez
Contexto educativo
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Del buen suceso  que la valerosa alumna tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de la plataforma Moodle  con un maestro digno de feliz recordación

 

En esto, sucedió que el ilustre maestro acercose a su alumna para ilustrarla en los quehaceres del  desaforado y gigantesco invento de apellido infernal que a tierras de Castilla había llegado, moodle lo llamaban. Cuando despavorida la dulce pupila disponíase a huir, el caballero docto agarrola diciéndole así:

 - “La ventura querrá, dulce pupila que no tengas que huir,  sino que, apoyándote en mis consejos podrás esta batalla ganar y vencer a esos terribles molinos que tu mente azotan y con cuyos despojos te enriquecerás. Esta será buena guerra que juntos lograremos facer”.

 - “Ilustre en esto, Don Merino, quedo a su disposición si tuviera a bien sacarme de esta ignominiosa ignorancia que sobre semejantes molinos Moodle tengo y que abone mi campo con su docencia y buena voluntad”.

En esto que la ventura va guiando a la dulce pupila y poco a poco empieza a soltarse y abandonar el sufrimiento, de modo que, las largas aspas que parece ver de casi dos leguas , a convertirse  comienzan en ventajosos utensilios con los que ser más sabia y talentosa. De este modo da gracias a su maestro:

 - “Es gran servicio a Dios el que usted hace de quitar tan mal simiente de cabezas rudas hasta hacerlas beneficiosas para los nuevos tiempos que habrán de venir. Donde antes veía gigantes, Oh Don Merino, ahora veo molinos, donde antes oscuras apariencias ahora servibles y bondadosas herramientas. Debo a vuestra merced  haberme sacado de negros fangos  osando a acometer  aventuras que ni imaginar podía”.

Y, diciendo esto, dio de espuelas a su conocimiento y  a los demás caballeros y doncellas que escucharla querían les iba diciendo:

 - “No fuyades , cobardes y viles criaturas,  sino que con ánimo emprended  vuestras mercedes aventuras tecnológicas, que no son gigantes sino molinos de buen viento  y  con caballeros como Don Merino no quedareis maltrechos sino que más lúcidos y sabios y hábiles os verán los otros. Que la mudanza de los tiempos es grande y de muchas leguas las tierras que de cruzar habremos. Pesarosos no estaréis sino que gráciles os moveréis por semejantes redes para beneplácito de vuestra descendencia, de los discentes futuros y de vuestras propias mercedes. Sabe Dios mi temor cuán grande era y cuán amplia mi dicha hogaño. Que dios bendiga en buena hora el camino en que a toparme vine con Don Merino, caballero de noble y humilde talante, espigada figura y sabios consejos.”