Las Competencias Clave
Las competencias clave representan un nuevo paradigma educativo en el siglo XXI cuyo principal valedor a la hora de diseñar las políticas educativas supranacionales es la Unión Europea, aunque no surgen exclusivamente de ella, sino que otros organismos internacionales contribuyen a su definición.
Las nuevas sociedades del siglo XXI organizadas por una compleja red de fenómenos como la globalización, el muticulturalismo, las tecnologías de la información y la comunicación, etc. necesitan de un sistema educativo que responda a sus demandas. De ello surge el aprendizaje por competencias. En un principio, el paradigma del aprendizaje por competencias surge del ámbito empresarial y laboral, aunque progresivamente el enfoque competencial se va aplicando al resto de segmentos educativos.
Los primeros discursos ligados al aprendizaje por competencias emanan de la OCDE y más concretamente, de las pruebas PISA, a partir de las cuales las distintas autoridades educativas comienzan a diseñar pruebas diagnósticas de evaluación del sistema educativo.
La Unión Europea no se ha mantenido al margen de este nuevo paradigma educativo. Desde el año 1995 con la publicación del Libro Blanco, se hace referencia al aprendizaje permanente o lifelong learning donde se refleja la nueva estrategia global de aprendizaje formal y no formal a todos los niveles y durante toda la vida. A partir de entonces y con el apoyo de otras instituciones europeas como el Parlamento Europeo, el aprendizaje permanente se convirtió en el marco común de los programas educativos europeos. La Unión Europea siempre ha defendido en sus políticas educativas que la igualdad efectiva entre todos los ciudadanos pasa por una educación de calidad para todos ellos. Aprendizaje permanente y aprendizaje por competencias han ido desde entonces ligados.
Es en el año 2001 cuando el Consejo Europeo de Estocolmo aprueba un informe de la Comisión Europea titulado futuros objetivos precisos de los sistemas educativos. Esos objetivos incluidos en el documento marcarán, desde ese momento, la política educativa de la Unión. Uno de esos objetivos era promover que los ciudadanos adquirieran las competencias necesarias para poder abordar una sociedad basada en el conocimiento.
La conceptualización y definición de las competencias clave ha impregnado desde entonces el sistema educativo y ha supuesto para centros y profesores un cambio de paradigma en el currículum y en el diseño de las metodologías docentes. Ya en la LOE se hablaba de competencias básicas en la educación, cuya denominación cambia la LOMCE a competencias clave, ya que se considera que este último término es más adecuado en cuanto que se refiere a que son desempeños necesarios, pero no suficientes, dando una percepción dinámica del aprendizaje.
Desde entonces, la introducción de las competencias clave y su desarrollo han sido el caballo de batalla del sistema educativo. En la mayoría de ocasiones, debido a los numerosos cambios normativos sufridos por los docentes, este nuevo paradigma es visto como el mismo perro pero con distinto collar. Los cambios normativos se ven ligados a los cambios políticos y todo ello unido a la escasa formación docente en este ámbito, ha hecho que a estas alturas la introducción del trabajo por competencias esté en una fase inicial en los centros educativos. La conceptualización de las competencias clave por lo que su desarrollo exige replantear tanto la formación inicial como la permanente del profesorado, sobre todo en los que respecta a su aplicación práctica en las aulas y en el aprendizaje de los alumnos.
En mi caso, como docente de lengua extranjera, la aplicación del trabajo por competencias clave implicaría diseñar una nueva metodología en la que los alumnos fueran capaces de adquirir los conocimientos funcionales de la lengua, al mismo tiempo que desarrollan las destrezas comunicativas y las actitudes necesarias. Todo ello implicaría una metodología de trabajo global en la que las distintas actividades irían encaminadas a provocar que el alumnado sea competente en el uso de una lengua extranjera teniendo en cuenta todas las dimensiones de la competencia.