MOBILE LEARNING: APRENDIENDO HISTORIA CON MI TELÉFONO, MI GPS Y MI PDA

ANTONIO GONZALEZ

Las consideraciones principales sobre  Mobile learning en el estudio de Alex Ibáñez Etxeberria, José Miguel Correa Gorospe, Mikel Asensio Brouard, y son las siguientes: 
1. La llegada de la tecnología móvil a nuestras vidas es una realidad imparable de carácter social y económico, que excede el ámbito educativo y cultural. Esta incorporación modifica sustancialmente el entorno socioeducativo y más pronto o más tarde deberemos enfrentarnos a su incorporación a nuestros escenarios de aprendizaje y enseñanza. 
2. Igual que las tecnologías que les precedieron, las que actualmente entendemos como TICs, que no son otras que las tecnologías emergentes, no son en sí mismas ni perjudiciales ni beneficiosas, sino que será el uso que se haga de ellas lo que marque los beneficios futuros. 
3. La tecnología de ‘mobile learning’ entronca con la idea de la conquista conceptos ambos básicos en el aprendizaje de las ciencias sociales, en espacial de la geografía y de la historia. 
4. Las posibilidades de uso que aportan estas tecnologías, potencian las características beneficiosas que habían puesto de manifiesto aportaciones innovadoras de la tradición educativa, como la propia Institución Libre de Enseñanza, con la incorporación de las salidas del aula a la ciudad, las visitas a los museos o la excursión geográfica, como una conquista e interrelación con el medio físico y sociocultural que envuelve al alumno. 
5. La valoración social positiva de la tecnología y el uso habitual de ésta por parte de los alumnos fuera del aula, representa una ventaja innegable de este recurso de cara a los alumnos. Es decir, desde un punto de vista motivacional, que enlaza claramente con la idea de gancho de ‘Csik’ (1996), la inclusión de estas tecnologías como recurso en una experiencia de aprendizaje resultaría claramente una ventaja en sí misma a nivel motivacional. 
6. Sin embargo, la propia inclusión de esta tecnología en una experiencia, presenta también al menos un incoveniente intríseco fundamental, como puede ser que los alumnos se fijen más en la tecnología que en los 
ojetivos de la experiencia. En muchas ocasiones ‘la cacharrería’ resulta tan atractiva en sí misma, que los alumnos retuercen los objetivos propuestos, acomodándolos al uso exclusivo de la tecnología, al mismo 
tiempo que propician efectos perversos en el uso de la misma, como el hecho que se puedan utilizar los aparatos para otros fines que no sean los propuestos. 
7. Como consecuencia asociada de manera ineludible al uso de la tecnología, está el análisis de costes. La tecnología no es barata, no solamente en términos de inversión, sino, lo que resulta en muchas ocasiones mucho más decisivo, en términos de mantenimiento. No hay que ovidar que en las mejores perspectivas estamos hablando de un mínimo de un 10% del material no operativo en un momento dado (lo que puede aumentar hasta un 40 o 50% si los dispositivos son muy complejos de manter o manipular tanto a nivel de ‘softwre’ o ‘hardware’) del espacio físico, y amplía las posibilidades de la conquista temporal.

8. Como se comentó al inicio del capítulo, la tecnología marca una diferencia fundamental entre los actores y los mediadores de una experiencia educativa. Mientras que los alumnos son, cada vez más, nativos digitales, sus profesores son nativos analógicos, y éstos precisan de una formación contínua importante no solamente en el uso de los dispositivos sino para fomentar la concepción de nuevas experiencias educativas. 
9. La aportación de las nuevas tecnologías ha sido ilícitamente asociada a la innovación educativa. De hecho, las TICs se han beneficiado a corto plazo de esta falsa apariencia (no hay que olvidar el enorme negocio que 
esconde este plantemaiento), pero, en nuestra opinión, esta inmediatez entre tecnología e innovación ha mediatizado su propio desarrollo a medio plazo como una alternativa real de aprendizaje. 
10. No solo la tecnología no necesariamente supone por sí misma un cambio significativo en los procesos de aprendizaje y enseñanza, sino que, más aún, la tecnología en muchos casos está jugando un papel conservador de rémora de la innovación educativa, al salvar la cara, mediante imagen social innovadora de ‘la cacharrería’ tecnológica, a los viejos planteamientos de la enseñanza tradicional.