¿La competencia digital docente: misión imposible?

Es frecuente oír quejas sobre la reticencia del profesorado a desarrollar nuevas competencias profesionales, en el caso que nos ocupa, la competencia digital. Permitidme que desmonte esa teoría, ya que creo que esa posible reserva puede deberse bien a desconocimiento o falta de seguridad en el uso de las mismas.

¿Cuál es el día a día del docente? Pues, básicamente, un docente es una persona cuyo trabajo se basa fundamentalmente en dar sin esperar nada a cambio: la esencia de la generosidad. Cada día es una aventura en la que el docente es responsable del crecimiento emocional e intelectual de muchas personas, despertando sus inquitudes, animándoles a creer en su propio potencial, abriendo puertas a distintas experiencias, acompañando en ese proceso, solucionando posibles problemas, motivando, inspirando... y siempre buscando nuevas formas de hacer y de llegar a su alumnado. 

¿Cómo ha encontrado el docente su forma particular de hacer las cosas? Pues básicamente haciendo. Es cierto que todos tenemos referentes a lo largo de nuestra vida, de los que hemos aprendido y de los que hemos incorporado a nuestro haber todos aquellos aspectos que nos entusiasmaron y desechado los que no. Pero no es menos cierto, que también hemos ido perfilando nuestra forma de hacer con la experiencia.

Probablemente ese comedimiento al que se hace referencia en la inclusión de las TIC en su día a día proceda de falta de seguridad en su manejo y de no querer enfrentar a su alumnado a una situación en la que puedan sentirse "inseguros" porque están acostumbrados a lo contrario. No hay que perder de vista que, en muchos casos, las TIC han venido sobrevenidas y no necesariamente han formado parte de la trayectoria formativa del profesorado. ¿Cómo asomarse al otro lado del muro de seguridad creado?  Una vez más, haciendo.

Si se dota al profesorado de la oportunidad de experimentar las nuevas metodologías asociadas a las TIC en calidad de alumnado, para que pueden sentir en primera persona las fortalezas y puntos débiles, éste hará un análisis de las mismas asimilando lo que le ha entusiasmado y desechando lo que no, incorporándolo a su haber. Análisis que tendrá su consiguiente impacto en el proceso de aprendizaje, ya que, una vez el docente ha probado de primera mano las metodologías, tendrá información concreta sobre las mismas y creará un "espacio seguro de aprendizaje" en base a las mismas.