Es evidente que las herramientas tecnológicas, así como el uso de internet, están cobrando cada vez una mayor relevancia en las aulas. Lamentablemente, estas nuevas tecnologías no siempre responden a las necesidades que plantean nuestros estudiantes. Tal vez el aula inversa o flipped classroom podría ayudar a cambiar esos planteamientos tradicionales a los que estamos tan acostumbrados. Pero es evidente que necesitaría de un gran esfuerzo de aprendizaje, formación intensiva y renovación por parte de los docentes. Asimismo, el aula invertida requiere de unos alumnos conscientes de su responsabilidad ante el proceso de aprendizaje y comprometidos en esa labor.

¿Serán capaces de afrontar este reto y trabajar en profundidad dentro del espacio extraescolar?

Sería perfecto poder dedicar el tiempo escolar a la realización de ejercicios prácticos, la resolución de dudas, los debates, los trabajos en equipo, etc. pero desde mi punto de vista no podemos dejar todos los contenidos "para casa". 

Tal vez una combinación entre la instrucción directa (o clase) y la clase inversa para conseguir objetivos concretos de aprendizaje sería un buen comienzo.